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viernes, 22 de noviembre de 2024

El diablo estuvo en Cuba

Son los conservadores, los enemigos del cambio, los que ven en cada novedad una profanación...

Argelio Roberto Santiesteban Pupo
en Exclusivo 17/05/2012
1 comentarios
Máquina de coser SINGER
¿Máquina de coser o instrumento del diablo?

…ser un señor
de aquellos
que vieron mis abuelos.
Vals peruano.

Queridas amigas, amigos dilectos: De seguro no pertenecen ustedes al mismo bando del personaje que nos habla en esta pieza musical.

Son los conservadores, los enemigos del cambio, los que ven en cada novedad una profanación.

Gustan de vestir a la antigua. Preparan sus platos ateniéndose, inmutablemente, a la receta que la abuelita les transmitió. Van al trabajo, y de él regresan, siguiendo una ruta fija, inexorable, observando idéntico paisaje. En la escuela, se sentaron en el mismo asiento, y, más tarde, en la barra que escogieron para frecuentar, ocuparon una banqueta que parecía de su propiedad.

Son los que parecen inspirados en la frase que se suele atribuir al duque de Cambridge: “Cualquier cambio, en cualquier momento, por cualquier razón, resulta deplorable”.

PERO SE MUEVE

A pesar de los conservadores, la humanidad se orienta hacia el futuro, en un viaje a las estrellas… claro, si la dejan.
El economista anglonorteamericano Kenneth Boulding declaró en 1964: “El mundo de hoy es tan distinto a aquél en el cual nací, como lo era éste del de Julio César. Han pasado casi tantas cosas desde que nací, como las que habían ocurrido antes”.

En efecto. De las 800 generaciones humanas, 650 vivieron en las cuevas. Sólo durante 60 de esas generaciones el hombre se ha comunicado por escrito.

(Pido su anuencia para una anécdota personal. Tenía el que suscribe cinco años, y vio llegar a Banes unas enormes cajas —aún no se usaban transistores ni circuitos miniaturizados— con letreros que decían IBM. Eran las primeras computadoras que hubo en Cuba, traídas por Mamita Yunái para controlar el pago de los trabajadores. Y eso fue ayer, como aquel que dice…).

UNA CONSERVADORA DE CAMPEONATO

Jacinta, personaje protagónico de esta croniquilla, vivió hace un chorro de décadas en el nororiente cubano.

¿Era vecina de algún barrio holguinero, desde el cual se divisaba la Loma de la Cruz? ¿Vivía a orillas de la colosal Bahía de Nipe? ¿Acaso en Guardalavaca, playa-paraíso que El Creador tuvo a bien situar en aquella comarca?

Nuestras fuentes no lo aclaran. Baste decir que Jacinta tenía dos grandes pasiones: la beatería y el odio a las innovaciones.

Su vida transcurría —igual siempre a sí misma—en medio de sus rezos maratónicos.
Un día llegó la noticia: cierto vendedor de la fábrica Singer iba a realizar una demostración pública con la máquina de coser de pedal.

No se trataba, ni mucho menos, de una de las actuales máquinas eléctricas. No. La novedad sólo consistía en que ahora las manos de la costurera quedaban libres, ya que la energía mecánica la proporcionaba el pie.
Como un mercachifle de feria, el vendedor demostró las ventajes del dispositivo. Y la vieja Jacinta, mientras transcurría la función publicitaria, empezó a retroceder y a persignarse.

Hasta que aquella adversaria del progreso, aquella descendiente directa de los trogloditas, gritó a todo lo que le daban los pulmones, con su voz chillona:

—¡Ampáranos, Señor, que ese hombre es El Diablo! ¡Esto debe de ser cosa del Enemigo Malo!

Y yo, humilde chupatintas, les juro por lo más sagrado que la anterior historia es tan fidedigna como real.


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Argelio Roberto Santiesteban Pupo

Escritor, periodista y profesor. Recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1983 con su libro El habla popular cubana de hoy (una tonga de cubichismos que le oí a mi pueblo).

Se han publicado 1 comentarios


Susanna
 13/1/21 9:56

Mi mama tenía una muy parecida.

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