Un estado dentro de otro…

En la geografía mundial de nuestros días es conocido que Italia tiene —dentro de sus fronteras— otros dos estados independientes, los cuales son Ciudad del Vaticano y la Serenísima República de San Marino. Esto es conocido por cualquier estudioso de los mapas.

Pero si vamos al continente americano resulta poco divulgado, y menos aún destacado, un hecho similar. En la historia de las 32 naciones al sur del río Bravo —que José Martí llamó Nuestra América— sólo ha existido un estado dentro de otro estado.

He aquí una página de la historia unida a la geografía prácticamente desconocida u olvidada.

En la noche del 10 de marzo de 1958 una columna de 82 hombres con sólo 53 armas largas y al mando del entonces Comandante Raúl Castro partió de San Lorenzo, en la Sierra Maestra, con la encomienda de abrir un segundo frente en la lucha frontal contra el dictador Fulgencio Batista.

Hacia fines de diciembre de ese año, ya liberada la ciudad de Palma Soriano, los cuatro frentes de lucha de la entonces provincia de Oriente quedaron finalmente unidos. Durante esos nueve meses se puede plantear y rubricar la tesis del doctor Antonio Núñez Jiménez sobre la existencia en Cuba —por primera y única vez al sur del Río Bravo— de un estado dentro de otro estado asentado en un territorio de 12 mil km2, regido por leyes propias y una organización estatal con ministerios de Guerra, Obras Públicas, Educación, Sanidad, Justicia, Propaganda y con ejército, una incipiente Fuerza Aérea, cuerpos de Policía e Inteligencia, fábricas de armamentos, un Buró Agrario y asociaciones campesinas.

Los límites geográficos de tan singular estado dentro de otro, incluyeron una frontera internacional: la de la Base Naval de Guantánamo.

Nada parecido había sucedido antes en esta parte de América. Ha quedado en la historia y la geografía de Nuestra América como un hecho único.