Los cigarrillos electrónicos y las enfermedades cardiovasculares

El empleo de los cigarrillos electrónicos se ha comprobado que se relaciona de manera significativa con la presencia de enfermedades graves como los accidente cerebrovascular y el infarto de miocardio, según una investigación realizada por Behavioral Risk Factor Surveillance System en el año 2016 y cuyos resultados fueron presentados  en la International Stroke Conference del 2019.

En este estudio, aproximadamente 66,800 personas investigadas reportaron haber utilizado cigarrillos electrónicos alguna vez.

Además, se demostró que las personas que fumaban de esta forma tenían un riesgo de 71 por ciento y de un 59 por ciento más  elevado de sufrir un accidente cerebrovascular y  un infarto de miocardio,  respectivamente, y un riesgo 40 por ciento más alto de angina de pecho o cardiopatía isquémica, en relación con quienes nunca habían utilizado los cigarrillos electrónicos.

Esta investigación es la más extensa donde se haya analizado una posible vinculación entre cigarrillos electrónicos y accidentes cerebrovasculares.

Ya se habían realizado otras investigaciones previas más pequeñas sobre el uso de cigarrillo electrónico e infartos de miocardio. Pero en ninguna se había demostrado una relación entre la inhalación del humo de estos cigarrillos electrónicos (vaping) y los accidentes cerebrovasculares.

Aun todavía no se sabe los mecanismos por los cuales el cigarrillo electrónico pudiera relacionarse con los accidentes cerebrovasculares, por lo que resulta necesario más investigaciones al respecto.

LAMENTABLE PARA LOS USUARIOS

En algunos países el uso de cigarrillos electrónicos entre jóvenes aumentó un 900 por ciento del 2011 al 2015. Por eso la  American Heart Association ha recomendado ser precavido contra el uso de estos dispositivos, pues aunque los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a algunos adictos al tabaco en su intención de eliminar esta adicción, solo se deberían emplear "como último recurso".

Esta asociación también ha hecho un llamado para crear regulaciones que prohíban la comercialización y las ventas  de estos dispositivos a personas jóvenes.

En una revista científica se comenta que en gran parte se desconocen los riesgos del uso de cigarrillo electrónico a largo plazo.

LA ASISTENCIA AL FUMADOR ARREPENTIDO

Ante un fumador que solicite asistencia especializada para abandonar el tabaquismo, primero se deben emplear otros métodos ya conocidos y  aprobados para dejar de fumar. En el caso de que  estas no den resultado, se le debe orientar al adicto la falta de seguridad para su salud de los cigarrillos electrónicos a largo plazo y que solo deben emplearse "como un último recurso".

Incluso la Association and Food and Drug Administration de Estados Unidos anunció el pasado mes la posibilidad de considerar retirar todos estos productos del mercado para todos los consumidores, en caso de continuar aumentando su empleo por adolescentes.

Según los resultados encontrados, aquellos que  no usan cigarrillos electrónicos y no fuman, con seguridad van a estar mejor si no comienzan a fumar o a inhalar. Por lo tanto se trata de ni probarlos.

EL AUMENTO EN EL CONSUMO

El empleo de estos vaporizadores, llamados cigrrrillos electrónicos,  está realmente aumentando en forma creciente en los países donde se comercializan, a pesar de que los resultados sobre sus efectos en la salud son muy importantes y preocupantes.

Muchos creen que son más inofensivos que los cigarrillos provenientes del tabaco, pero este estudio  plantea inquietudes de como el hecho de utilizarlos puede tener complicaciones cardiovasculares muy serias y negativas.

Algunas de las formas en que se han preparado para “colarse” con más facilidad” es utilizando saborizantes, pues pueden volverlos muy atractivos a las personas más jóvenes y por supuesto, más incautas, con menos experiencia de la vida y menos conocedoras.

Con esta investigación se aportan los primeros datos reales de que existe una asociación entre el uso de los cigarrillos electrónicos y enfermedades cardiovasculares muy serias. Y en el estudio también se plantean inquietudes acerca de que es posible que el vapor del cigarrillo electrónico, lo mismo que el humo del tabaco normal, incrementen este riesgo.

Aunque en Cuba no se fabrican, ni se comercializan o venden estos artefactos, no es menos cierto que algunos pocos nacionales los traen de sus viajes al extranjero. Este artículo es un alerta sobre los peligros para la salud de estos equipos inventados para mal.

Pero este artículo también puede servir de enseñanza y alerta a los lectores de otras partes del mundo donde se encuentra fácilmente a la venta estos cigarrillos electrónicos, pues ya hay inquietud por el aumento del riesgo de accidentes cerebrovasculares en adultos jóvenes y que en el futuro surja una expansión de enfermedades cardiovasculares en estas edades, sobre todo porque estos “aparaticos” han sido muy atractivos para estos usuarios.

Los hallazgos respaldan que hay indicios de advertencia pero se necesitan más datos. Ya es conveniente que los médicos en su interrogatorio habitual, incluyan preguntar a sus pacientes, incluso a los del grupo de edad pediátrica, no solo si fuman, sino si están usando cigarrillos electrónicos.