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miércoles, 27 de noviembre de 2024

¿Cómo prevenir las hipoglicemias durante un ejercicio?

La mejor forma de controlar el riesgo de hipoglicemia para los diabéticos, sobre todo aquellos que utilizan insulina...

Alberto Jesús Quirantes Hernández
en Exclusivo 20/05/2019
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Tomando todas estas precauciones y otras más en caso de ser necesario, los diabéticos de cualquier edad pueden y deben practicar la actividad física más conveniente para cada caso en particular (Laura Alonso Hernández / Cubahora)

Los ejercicios son una parte fundamental en el tratamiento de cualquier persona con diabetes. Deben practicarse diariamente según edad y estado de salud de cada persona y bajo orientación de un personal calificado.

Es siempre conveniente medirse la glicemia antes, durante y después del ejercicio a través del acompañante inseparable de cada diabético, su glucómetro.

Y así vemos cómo en los pacientes con diabetes tipo 2, la ausencia de actividad física, o sea el sedentarismo, es uno de los principales elementos desencadenantes de esta enfermedad. Por otra parte, su práctica sistemática es uno de los mejores tratamientos, pues además de ayudar a un buen control de las glicemias, junto con la dieta y el mantenimiento de un adecuado peso corporal, puede revertir este proceso.

MECANISMOS DEL EJERICIO

El ejercicio produce un incremento del consumo muscular de glucosa, de forma tal que es capaz de provocar disminuciones indeseadas del azúcar sanguíneo, las llamadas hipoglicemias, si no se compensa con un ajuste del tratamiento, bien sea de insulina, de hipoglicemiantes orales o de la alimentación. Por supuesto, esto no significa que los diabéticos no puedan hacer ejercicio, solo que deben ajustar el resto del tratamiento al consumo de glucosa muscular provocado por la práctica del ejercicio físico.

La Federación Española de Diabetes, considera que para la práctica deportiva es importante haber recibido una buena educación sanitaria por parte del personal de salud. También para los diabéticos es importante preguntar cuál es el ejercicio más adecuado en cada caso. El profesional también proporcionará las orientaciones para regular los medicamentos y la alimentación a fin de evitar las hipoglicemias.

LA INTENSIDAD DEL EJERCICIO

Es mucho más importante la constancia que la intensidad del ejercicio. Lo primero es mantener un estilo de vida activa sin nada de sedentarismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda con carácter general, un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada, a regular según el diabético y sus complicaciones.

A quienes tienen una diabetes de muchos años de evolución y con afectación renal no se les aconseja el ejercicio de muy alta intensidad.

Este tipo de ejercicio también está contraindicado en pacientes con retinopatía diabética, para evitar movimientos bruscos o golpes en los ojos.

Una hipoglicemia puede tener muy serias consecuencias, sobre todo si se acompaña de una pérdida de conocimiento, para quienes están practicando deportes con cierto riesgo como el submarinismo o el alpinismo. No se trata de una contraindicación absoluta, pues de hecho hay diabéticos escaladores de montañas, pero en estos casos es necesario garantizar una formación muy buena en este tipo de deportes, evitando riesgos añadidos y con conocimento pleno del control de su diabetes.

¿CUÁNDO MEDIR LOS NIVELES DE GLUCOSA EN SANGRE?

La mejor forma de controlar el riesgo de hipoglicemia para los diabéticos, sobre todo aquellos que utilizan insulina, es aprender a ajustar la dosis al deporte que se va a realizar y medir la glicemia antes, durante y después del ejercicio.

La cifras de la glicemia obtenida antes de iniciar la actividad es la más importante, pues decide si es necesario un suplemento de hidratos de carbono o cambiar la dosis de insulina previa al ejercicio para evitar una hipoglicemia.

Cuando se realiza una actividad física de larga duración, es aconsejable medir la glicemia cada una hora o cada hora y media, en pausas tomadas al efecto, y según resultado tomar las medidas apropiadas. En estos casos el diabético debe llevar consigo algún alimento apropiado a fin de consumirlo en el caso de una glicemia demasiado baja o ante manifestaciones clínicas de hipoglicemia.

Después del ejercicio se debe medir la glucosa cuando ha pasado una hora desde la finalización de la sesión de la actividad física.

Tomando todas estas precauciones y otras más en caso de ser necesario, los diabéticos de cualquier edad pueden y deben practicar la actividad física más conveniente para cada caso en particular como una forma más del tratamiento y feliz control de su enfermedad.

Pero además, los ejercicios físicos son un eficaz aliado junto con otras medidas no menos importantes, en el control del peso corporal y en eliminar o prevenir libras sobrantes.


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Alberto Jesús Quirantes Hernández

Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente Dr. Salvador Allende en La Habana, Cuba.


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